
Hace años se me planteó la idea de hacer sesiones por skype, y me resistí durante mucho tiempo. Hasta que, una de las personas que tenía en consulta se trasladó de ciudad y me pidió seguir teniendo contacto conmigo, me pareció diferente y accedí. Me sentí bien y esa persona me contactó con una amiga a la que ya no conocía, y me sorprendí lo cómoda que me pareció la sesión. Sentí que era igual de personal y decidí abrirme a las cosas buenas que la tecnología nos aporta.
Llevo ya cinco años trabajando online y me encuentro muy cómoda, además de que es la forma que puedo contactar con personas que por la distancia no podrían desplazarse hasta mi ciudad.
Debemos acoger todo lo nuevo que nos aporte bienestar y comodidad, y es maravilloso ver que puedo hablar con una persona desde la otra punta del mundo, como si estuviera en mi consulta.
¿Qué necesitas para acceder a este servicio?

Descargarte el programa gratuito Skype
Disponer de un dispositivo con webcam, micrófono y auriculares
Realizar la trasferencia previa a la sesión